lunes, 1 de febrero de 2010

Mi relato: En la oscuridad

Hace unos meses tuve que hacer una novela, y si digo novela porque son más de doscientas páginas y no recuerdo si cerca de treinta capítulos.

Prometí que subiría al blog al menos el Prólogo de la misma y aquí estoy para ello.



Decir que es una historia romántica paranormal. Como no me decidía por el titulo fuí muy original y lo llame En la oscuridad XDXD. El nombre del protagonista lo decidí porque cuando me estaba volviendo loca buscando uno me llamo un amigo que se llama así, Ancor, así que no me lo plantee mucho más.

Y el de la protagonista, Alba, lo eligió una amiga con la que estaba hablando en ese momento, porque ya que el del protagonista era Canario según ella el de ella tenia que ser Peninsular, más que nada porque la historia se desarrolla allí,XDXD.


Ahora os dejo el Prólogo. Espero que os guste, aunque realmente no me gusta colgar estas cosas, me da un pudor horroroso!XDXD



Prólogo




Norte de España, 1420

Era una noche sin nubes, fría, se notaba que el otoño estaba a punto de hacer su aparición, En el cielo brillaba la Luna y aunque aún faltaban un par de días para que fuera llena, estaba casi completa e iluminaba todo lo que sus rayos tocaban.
Aún así el bosque estaba cubierto de sombras, tanto que casi no se podía ver ni distinguir nada. Los árboles estaban tan juntos, sus ramas y hojas tan enlazada que impedían la entrada de cualquier rayo de luz o de calor. Lo único que se podía percibir en ese lugar eran los pequeños ruidos típicos de un bosque, un pequeño animal desplazándose, una rama crujiendo…

El silencio era casi absoluto y eso que ahora el bosque albergaba a unos entes terroríficos, unos seres con los que ni el mismo demonio querría cruzarse, por que seguramente eso supondría su fin.

Se trataba de un grupo relativamente grande, formado por al menos quince especimenes, se movían más o menos agrupados y con un silencio aterrador.

Su apariencia no mejoraba su malvado y cruel interior. Sí, eran fuertes, eran bellos, eran musculosos, pero eran también salvajes. Más que ropas vestían harapos y la limpieza brillaba por su ausencia. No siempre habían sido así, pero el hambre y la maldad les habían convertido en bestias que se movían por su apetito y por sus deseos.

Y ahora necesitaban sangre. Sangre en grandes cantidades. Llevaban varias noches vagando sin rumbo y la necesidad era tal, que habían estado matando a numerosos animales en busca de ese líquido tan necesario. Los devoraban sin importar tamaño, especie, sexo, si corría o reptaba, si nadaba o volaba. Nada tenía importancia. Pero no era suficiente, necesitaban sangre humana que era la que les nutría, la que les daba la fuerza necesaria. Alimentarse de sangre animal era como si un humano se alimentara solo de leche. Pero lo peor de todo es que en estos momentos, además, necesitaban sentir el sufrimiento, el dolor, los estremecimientos y la agonía de esos humanos mientras su vida se desliza entre sus colmillos… y es que la debilidad del hambre les hacía más atroces, más sangrientos, más irracionales, más feroces…

El líder podía oír en su cabeza los lamentos de su gente, ya que todos ellos tenían el don de la telepatía. Lo que para el resto de los seres que poblaban la tierra era un silencio absoluto, para él eran terribles lamentos. Las mujeres empezaban a estar débiles, los hombres las ayudaban para lograr seguir el camino. Estos estaban desesperados, oía, también con total claridad, sus palabras de rabia y angustia que empezaban a crecer en su interior. Si no encontraba sangre humana pronto, iba a tener que proteger a las mujeres de sus propios hombres, porque hasta esos extremos de salvajismo les llevaba su hambre.

Él debía ocuparse de todo, como jefe del clan era su deber proporcionar comida a todos ellos y así conseguir su continuidad y bienestar.

Pero había fracasado y lo peor podía estar por llegar ya que su flaqueza tampoco tardaría en hacerse patente. Nada podía ser peor que se destruyeran entre ellos mismos…

Alzo sus ojos al lugar donde debería estar el cielo y que la frondosidad del bosque no dejaba apreciar, la oscuridad poco a poco se iría marchando, dando paso al amanecer y con ello a su pesadilla. Si el día los sorprendía estarían acabados…

Siguieron caminando, no había otra solución, la marcha era cada vez más lenta, más lastimosa ¿Dónde estarían esos bastardos humanos? Iba a encontrarlos costara lo que costara, los encontraría aunque tuviera que buscar debajo de las piedras. Él era Ancor, jefe de los legendarios Lefkes, la estirpe más ilustre de su raza. Y aunque ahora estaba pasando unas horas bajas, lograrían alcanzar nuevamente la gloria.

De pronto algo llamó su atención alejándole de sus pensamientos, si sus instintos ahora diezmados no le engañaban, creía percibir a lo lejos unos sonidos gloriosos que provenían, sin lugar a dudas, de un grupo de humanos. Un estremecimiento lo recorrió, la sangre empezó a recorrerle las venas a gran velocidad, ¡lo sabía, su suerte por fin había cambiado!

Se dio la vuelta y con un simple gesto ordenó a su clan que no hicieran ruido. Poco a poco y en un silencio sepulcral se deslizó como si fuera un espectro hasta que salió del bosque.

La aldea quedaba escondida en la ladera de una pequeña montaña. La observó un poco más desde la distancia, debía ser precavido, nunca se podía saber que iban a encontrar. En estos momentos y aunque estaban en un estado casi salvaje, no podían enfrentarse a cualquier situación debido a su debilidad. Ahora no podían hacer frente a hombres fuertemente armados, tenía que ver que la cosa fuera más o menos fácil…

Y así, desde lo lejos y con gran deleite, vio como un grupo numeroso de ricos manjares bailaba alrededor del fuego. No se fijo si eran mujeres, ancianos o niños, solo vio que estaban desarmados y despreocupados, que los pobres infelices danzaban, reían, se abrazaban y besaban sin saber lo que se les venía encima. Los miró con hambrienta lujuria y olió la sangre que recorría sus cuerpos.

Estaba a punto de volver con su gente para avisarles de que sus penurias habían acabado, pero enseguida se percató de que sus hombres estaban ya justo de tras de él. Nerviosos, impacientes, expectantes…

-¿A qué esperamos? – le pregunto uno de ellos mirándole con rencor.

Volvió su vista a la aldea y por un momento recordó, recordó su pasado, cuando no era un monstruo, cuando vivía como un hombre normal, donde no mataba o destruía sin razón, ni bebía sangre. Pero ¿de que servía lamentarse? había echo un pacto con el diablo y pagaría por ello durante toda la eternidad. Ahora no había más racionalidad en él, le hervía de furia, ya no solo tenía sed de sangre sino de muerte. Necesitaba matar, desgarrar con sus colmillos la tierna carne humana…

_-A nada – la voz le salió ronca por la tensión, y observando a toda su gente ordenó – Acabad con todos. Que no quede ni uno con vida.


En un momento, la música, las risas y los cánticos que habían flotado por la aldea, se transformaron en gritos y lamentos. La sed de sangre de esas bestias tiño todo de rojo y pronto los aldeanos no fueron más que un amasijo de cuerpos esparcidos por toda la aldea.

El jefe, aunque ya saciado, se acerco a una mujer que intentaba escapar de él arrastrándose y arañando la tierra y las hojas amarillas que había en el suelo para avanzar más deprisa. No tenía necesidad de más, incluso ese último exceso podía suponer reventar, pero no podía dejar a nadie con vida. La sed de sangre había dado paso a la sed de destrucción, de desprecio por esa especie de la que una vez formó parte y que llevaba una vida tan sencilla, tan buena.

Sin ninguna dificultad la agarro por el pelo y la tendió debajo de él. La joven respiraba aceleradamente pero, sorprendentemente, él se dio cuenta que no le tenia miedo. Clavo sus ojos inyectados en sangre en su mirada azul, y por un momento dudo. Nunca se había encontrado con una humana así.

La joven lo miró desafiante, y una sonrisa burlona y despreciativa se dibujo en sus labios, a continuación, pronunció las palabras que sellarían su destino, aunque él lo comprendió todo demasiado tarde:

- Acabas de destruir lo que se puede llamar un pueblo mágico – empezó con voz ronca, mientras la sonrisa no abandonaba su boca – has matado a magos, brujos, hechiceros, encantadores, adivinos, videntes…y ahora solo quedo yo. Aún así, tengo la suficiente magia y poder para que paguéis todos y cada uno de vosotros por ello. Tu gente morirá, muy pronto, morirán sufriendo, con hambre, con dolor. Su padecimiento será tal que lo que ahora ves ante tus ojos, este horror que habéis causado, será una imagen bella al lado de la que tendrás que ver.


El miro a su clan, que ajenos a lo que esa extraña mujer le estaba diciendo, seguían desgarrando los cadáveres.

Podría haber matado a la mujer antes de que empezar a hablar o, incluso, matarla ahora mismo e impedir que siguiera hablando, pero algo se lo impedía, una fuerza extraña que no podía controlar.

- Pero tu te llevarás la peor parte – sentenció, mirándole intensamente, con unos ojos que parecía haberle llegado hasta el alma que no creía tener, con una mirada que le había hecho desaparecer, como por arte de magia, toda su sed de maldad y que parecía haberle congelado la sangre- Tú como jefe que los has conducido a nosotros, vivirás un infierno en la tierra. Tú no solo sufrirás por ver morir a tu clan como he tenido que verlo yo, sino que pasaras el mismo hambre que ellos, un hambre que no podréis saciar ya que vuestras bocas no podrán volver a tocar la sangre humana, pero a diferencia de ellos, tú no podrás tener el descanso eterno. Tú vivirás durante siglos con ese dolor hasta el final de los tiempos.


El sintió como el miedo se extendía por todo su cuerpo, esa mujer le había maldecido y lo que era peor, había maldecido a su gente. La mente se le nublo la sangre empezó a correrle rápidamente por la cabeza, sintió un fuerte mareo y todo pareció volverse negro.

Cuando despertó, la mujer se encontraba a su lado muerta, mutilada, había terminado con ella en un momento de locura, de ira, de terror. Solo podía esperar que la extraña mujer se equivocara y que sus vidas siguieran como hasta ahora…



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10 comentarios:

  1. Dácil, no deberias recordarme lo de la novelita en cuestión maja.. que me dejaste el primer capitulo para luego cortarme el grifo...
    Pero no, no, no ... no te la pido más... (Esperaré a ver si entras en razón)..
    Dá.. ya sabes lo que pienso, me parece un argumento fantástico... con personajes malvados de verdad y dispuestos a reformarse........ Mi mayor debilidad.
    Muchos besos.

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  2. Hola Dácil... A mí me gusta el título. Es sugerente y tiene relación con la condición del protagonista. Por cierto, me ha encantado la elección del momento histórico: ¡1420 y en el norte de España! ¿Luego transcurre en nuestros días?

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  3. Bea!!!!! Que te dije que te la dejaba cuando la imprimiera y en ello estamos, si no me olvido de las cosas XDXD.

    Condesa, si, el Prólogo es el 1420 después es en nuestros días y continua en el norte de España :)

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  4. Ya sabes que a mi me encanto lo que pude leer y que estoy deseando leerlo todo.

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  5. El prologo fue lo unico q pude leer antes de adentrarno en ese concurso,asi que si sigues colgandolo seria perfecto leerlo en tu blog ya que es y sera una muy buena historia.

    Un bs

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  6. Me has dejado con las ganas de leer lo que sigue. Espero que te animes a subirla completa, es fantásica.

    Besos

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  7. Sólo puedo decirte una cosa... ¡¡Quiero que subas la novela entera al blog!! A mi no me puedes quedar ahora con esa intriga, necesito saber que pasa a continuación.
    No me seas cruel, Dácil y súbela ¿si?

    Menuda paliza os distéis todas las concursantes, espero que por lo menos os dieran algún premio y no sólo de consolación, sino por el trabajo bien hecho.

    ¿A que es horrible elegir un título? Aunque el que le pusiste está muy bien.

    Besos.
    Ade.

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  8. Muy bueno! Comento recién ahora porque quería tranquilidad para leerlo. Me gusta mucho este comienzo!Siempre pensé que los comienzos de los libros son importantísimos y hay algunos que se han convertido en memorables (por ejemplo, los comienzos de muchas novelas de Jane Austen).
    Este prólogo tiene fuerza, tiene intensidad y gancho. Produce ganas de leer más. Felicitaciones!
    Ah! Me encanta el nombre que elegiste y, por el momento (no leí la novela) me parece muy adecuado.
    Besos

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  9. Si una novela es buena o malada, no debe juzgarla el autor, sino los lectores, porque a ningún autor le gusta lo que escribe.
    Deberías animarte y dejarnos leer tu novela, al menos eso es un comienzo y quien sabe a donde llegará. Yo me he quedado con ganas de leer más. Anímate

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  10. dacil,me encanto y de veras que me encantaria leerla entera .animate y ponla pues me parece chulisima .alisdei

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